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Yaimara Avila -   abr 12

Características de los arquitectos modernistas

Rasgos que caracterizan una arquitectura modernista a través de sus obras. Principales exponentes de la arquitectura moderna.

Inicios de la arquitectura moderna

Cuando hablamos de Arquitectura Moderna, de su historia y sus principales representantes, se podría teorizar hasta conformar numerosas cuartillas sobre el tema, a pesar de ser un tema extenso, en este particular caso queremos resumir de una manera más precisa los rasgos y elementos que caracterizaron este movimiento a través de parte de sus principales exponentes y sus obras.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Movimiento Moderno? Y particularmente, lo que se ha dado a llamar la primera generación de arquitectos que llevaron esta ruptura que da pie al modernismo, a la generación de inicios del siglo XX y principios de la primer mitad, esbozando un panorama a manera de consideración sobre ciertos rasgos característicos que predominan y homogeneizan la arquitectura de esta nueva generación.

Como antecedentes tenemos una sociedad del s. XIX, marcada por una revolución industrial que dejó como consecuencia la separación entre lo que podemos llamar “artes aplicadas” y “artes mayores”, donde los llamados “artistas” se aíslan a trabajar en un campo cada vez más reducido, poco relacionado a objetos cotidianos y considerado arte puro, mientras que unos pocos diseñadores se dedican a trabajar los objetos cotidianos producidos en serie. 

El movimiento moderno, que vio la luz a finales del siglo XIX (fundamentalmente en los 90’ y principios del siglo XX en los años 1900 como movimiento de ruptura), en un panorama internacional de transición radical y cambios en las sociedades industrializadas, emerge más que como un movimiento artístico como una filosofía y es precisamente a través de estas “obras y la expresión formal”-sin intención de llamarlos filósofos de su época-  y de sus primeros grandes exponentes que nos adentraremos en la arquitectura moderna.

Características de la arquitectura modernista a través de sus exponentes

En los primeros años (principios del s. XX) en el continente europeo se suceden en muy poco tiempo, ideas y experiencias cada vez más audaces que van cambiando y transformando el repertorio estilístico de la época.

 

Con representantes como Olbrich, Hoffman y Adolf Loos (Austria), este último quien sería un precursor del racionalismo europeo y que presuntamente influenciaría en las obra de Gropius, Le Corbusier, Mies y otros arquitectos que le precedieron.

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©Fuente de la imagen The Charnel House. Casa Steiner (1910)

Su obra, la Casa Steiner, está conformada por muros lisos y blancos, un exterior sobrio que carece de todo tipo de ornamentación, claramente simétricos, que destaca una cubierta curva en su frente de acceso. En su interior, una economía espacial y proporción predominante, donde los espacios de mayores dimensiones poseen mayores alturas y proporcionalmente los de menores dimensiones poseen menor altura.

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©Fuente de la imagen Wikipedia. Fábrica Fagus (1911)

De Walter Gropius (Alemania) tenemos una de sus obras que marcó su comienzo como arquitecto independiente, la fábrica de zapatos Fagus, que contrasta por la sencillez con la que proyecta esta obra, con composición formal exterior que sustituye los grandes muros por cristales que incluyen las esquinas -primeros exponentes del <<curtain wall>>- y que le da una ligereza al conjunto, ciertamente novedosa hasta el momento, una fachada retranqueada que se articula con pilares de ladrillos lisos en una expresión natural del material.

En los aportes al conocimiento de la arquitectura moderna, no podemos dejar de mencionar La Bauhaus (1919, Alemania) fundada por Gropius tras la guerra y que sentaría las bases para la enseñanza y los preceptos de la arquitectura moderna. En este sentido el propio Walter definiría las características de la enseñanza, creando un equilibrio entre la teoría y la práctica, donde la forma sigue a la funcionalidad, se diseñarían formas simples pero elegantes de acuerdo al propósito, sin que esto llevara a una monotonía o aburrimiento. El reconocimiento de la obra como un arte total, como un todo donde un edificio y su arquitectura es solo una parte del concepto y la otra parte sería el diseño (referido al despegue que posteriormente tuvo el interiorismo). Otro de los fundamentos era el empleo de los materiales en su verdadera naturaleza ya fuese en el edificio o en los objetos. Se potenciaba el cierto minimalismo al preferir el empleo de formas geométricas más simples a las llamativas formas curvilíneas, aparejado a la carencia de ornamentos en sus  configuraciones. La Bauhaus no solo fue una escuela de arquitectura sino que incluyó y combinó disciplinas como la artesanía y las Bellas Artes.

Hacia los años 30 la arquitectura moderna alcanza su mayor esplendor y máximo prestigio y es en este período que se construye la Villa Savoye (1929). Como mediador y precursor del movimiento moderno en Francia, mencionamos a Le Corbusier (Francia) que al igual que Gropius se propone superar el antagonismo entre progreso técnico y arte, define estas dos vertientes como elementos que deben marchar paralelos, traspolando a sus obras sus pensamientos, volúmenes simples, superficies definidas mediante líneas y la planta como principio generador de la forma, defendiendo además, el precepto de que la casa debería ser “una máquina para habitar”. Es en esta obra donde precisamente emplea todos los preceptos que marcan su arquitectura. 

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©Fuente de la imagen WikiArquitectura. Villa Savoye (1929)

La villa se levanta, aislada del suelo sobre un sistema de pilotes, posee una planta libre, conseguida mediante la separación entre columnas de carga y paredes subdivisorias del espacio, su fachada es libre, al perder el muro su función sustentante, no hay fachada principal y carece de elementos decorativos en todo sentido, empleando una sobriedad no solo en la forma sino en la ornamentación. La cubierta es plana y transformada en jardín y la ventana longitudinal que recorre todo el conjunto, permite que el espacio natural exterior, se integre con el espacio interior creado, a la vez que uniformiza la entrada de luz.

 

Durante este mismo período, en América específicamente en Estados Unidos, se muestra como principal exponente Frank Lloyd Wright y sus pensamientos sobre las características que marcaron el decursar de sus obras - la arquitectura moderna no puede ser una “moda”, ni puede volver a ser nunca cualquier “estilo”-, Wright un exponente del nuevo movimiento, formado bajo los ideales de Alder y Sullivan, opta por una arquitectura donde prevalezca el orden natural de las cosas, una ‘arquitectura orgánica’, en la cual el ente es el ideal, creando una obra que dure en el tiempo, donde el todo sea a la parte como la parte es al todo -pensamiento bi-unívoco-, en donde la naturaleza de los materiales, del propósito y de todo lo realizado sea evidente a una necesidad -centrándose en la necesidad del hombre y criterio de obra atemporal-, y afianzando que el esfuerzo del arquitecto tendría éxito si nadie pudiera imaginarse lo edificado en otro espacio que en donde se encuentra.

Un ejemplo concreto de su pensamiento y rasgos característicos de diseño es la Casa de la Cascada (Fallingwater).

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©Fuente de la imagen Wright House. Casa de la Cascada (1937)

Una obra donde emplea materiales en estado puro (madera, piedra, ladrillos), donde los volúmenes surgen en el interior y se abren hacia el exterior, construida sobre una cascada, lo más arquitectónicamente posible cerca de la naturaleza, como expresara el mismo Wright a Kaufmann-quiero que vivas en la cascada, no que solo la mires-.

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©Fuente de la imagen Square Foot. Seagram Building (1954)

Para la segunda mitad del siglo XX, por los años 1954, tenemos como exponente del movimiento moderno neoyorkino el Seagram Building (1954-1958) de Mies y colaboración de Jhonson, si hasta el momento lo exponentes analizados eran villas en los inicios de este movimiento, aquí tenemos un rascacielos de 39 pisos que muestra la expresión depurativa de una torre de oficinas sin ninguna concesión a lo ornamental referente a la inclusión de elementos decorativos; Mies utiliza en esta torre como el ornamento de la misma todos los elementos estructurales que la componen, siendo su forma y concepción un ejercicio de elegancia arquitectónica donde muestra su pensamiento racionalista, volviendo a ver nuevamente el empleo del courtain wall; otro elemento distintivo inusual en el New York de su época, es la plaza que le permitiera al transeúnte poder observar el edificio, el retranqueo del edificio, no ocupando toda la manzana, dejando un espacio para la creación de una plaza.

 

Desde el surgimiento del movimiento moderno hasta su máximo auge en la década del 30 y presencia en la segunda mitad del s. XX y a través de todo el mundo -determinado por la obras de sus principales exponentes- podemos observar las principales características que podrían definirse como palabras claves o rasgos de este movimiento moderno.

El empleo de la sencillez en la forma, la simetría, la carencia de ornamentación, la funcionalidad como elemento determinante para la organización de los espacios, la utilización de los materiales en su verdadera expresión, la búsqueda de una conjunción entre el desarrollo técnico y las artes, la preferencia de formas volumétricas marcadas por líneas en vez de volúmenes curvilíneos complejos, pasando por principios bahuasianos que marcaron un punto determinante en la definición de los preceptos del modernismo, la presencia de los materiales como el cristal para aligerar la forma con el uso del muro cortina, hasta las características que prevalecen en el movimiento moderno de los años posteriores a la década del 50’ del s. XX.

¿Qué movimiento arquitectónico nos caracteriza en odd+?

Somos un estudio de diseño, arquitectura y urbanismo, y más concretamente que enmarcarnos en una filosofía arquitectónica específica, creemos en la creación de una arquitectura atemporal, sensible, estética y funcional, en una arquitectura propia que nos permita la creación de un estilo de vida, más que el simple monumento imperecedero.

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Pensamos en el presente con soluciones modernas, pero sin olvidar la historia y las reminiscencias positivas que han marcado las diferentes vertientes arquitectónicas a lo largo de la historia, siempre aplicable a una arquitectura atemporal.

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